Ante sucesos que últimamente no puedo describir precisamente como felices… muy oportunamente encontré un artículo sobre el chocolate en la revista Selecciones del mes de Noviembre….
Entre otras cosas menciona…
El impacto del rico sabor del chocolate sobre nuestros sentidos ha sido equiparado con la sensación de enamorarse: en el siglo XVIII, los médicos franceses recetaban chocolate a las mujeres que habían sufrido una desilusión amorosa…
Según varios estudios, el chocolate libera las endorfinas del bienestar (opiáceas naturales) en el cerebro… y algunos investigadores han reportado que contiene sustancias activas que provocan el mismo efecto en el cerebro que la marihuana…
Se recomienda incluirlo en nuestra dieta… siempre y cuando seamos activos y comamos suficientes frutas y verduras… limitarnos a 25 gramos al día…. y escoger el chocolate oscuro, con al menos 70 por ciento de sólidos de cacao.
Así que cuando sintamos que casi perdemos la fe en la humanidad… si creemos que deberíamos aparecer en el libro Guinness de los Records por haber conocido a la peor persona del mundo… que necesitemos llamar a la World Psyquiatric Association por haber descubierto al loco sicótico del año… ante las desilusiones mayúsculas… desengaños pasmosos… y decepciones gigantes…
Pues allí tenemos uno de los más ricos tratamientos para la cura de nuestras pesadumbres… derretir un chocolate en nuestras bocas…
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